Ahora la confederación hidrográfica Miño-Sil ha enpezado con las labores de desbroce en las cercanías de Villalba,dejandolo aún más pelado de vegetación.
No se ve una trucha, ni una boga, ni una garza, no hay señales de vida a lo largo del cauce.
Esperemos que los trabajos de sellados, que recientemente han terminado en la zona de Cabreiros empiecen a funcionar.