viernes, 9 de julio de 2010

LA AGONÍA DEL SALMÓN EN CORUÑA

AEMS-RÍOS CON VIDA




La repoblación de salmónidos para suplementar o mejorar las poblaciones es una estrategia de gestión innecesaria, ineficaz y perjudicial en los ríos que todavía mantienen poblaciones salvajes autosustentables. Creemos firmemente que la restauración , recuperación y mejora de hábitat, junto a las medidas de sostenibilidad y de vigilancia capaces de atajar la sobrepesca y el furtivismo, son mucho más adecuadas, eficaces y rentables para mantener y mejorar buenas poblaciones autóctonas de salmónidos, ya que se dirigen a atacar las causas de su retroceso conservando la biodiversidad natural.





Entendemos la repoblación como una herramienta de gestión que puede ser necesaria e incluso imprescindible para conservar y recuperar poblaciones de peces bajo mínimos y en riesgo de desaparición que, por unas causas u otras, no pueden recuperarse por sí mismas, como ocurre con algunas de nuestras poblaciones de salmón atlántico. De hecho, en algunos de los ríos Gallegos que hoy presentan entradas muy pobres de reproductores de salmón, es obligado aplicar unos pequeños stocks de apoyo para amortiguar en cierta medida la crisis que atraviesa la especie, ayudando a fortalecer las poblaciones de cada cuenca con individuos autóctonos criados en cautividad bajo métodos adecuados a este objetivo de conservación. Medidas que se están demostrando útiles y eficaces para la supervivencia del salmón en algunas cuencas gallegas donde llegó a encontrarse al borde mismo de la extinción. Medidas que aún teniendo tan poco que ver con la repoblación irresponsable y masiva que sigue caracterizando la gestión del salmón en la limítrofe Asturias, seguramente tampoco serían adecuadas en los pocos ríos gallegos que todavía mantienen poblaciones salvajes autosuficientes, que pueden mantenerse por sí mismas a poco que se les deje, como serían el Ulla y el Eo.



En el siguiente artículo trataremos de hacer un resumen de las repoblaciones de salmón atlántico en la comunidad Gallega, para valorar los datos y los esfuerzos de la administración en la recuperación de la especie.

Con la decadencia de las poblaciones de salmón a finales de los 80, en el año 1990 se inicia el Plan de recuperación de Rios. Este plan tenía el objetivo de trabajar en la conservación de las poblaciones piscícolas y los ecosistemas acuáticos de las aguas continentales de Galicia.
En el caso del salmón atlántico, la tendencia a la baja de sus poblaciones y la caída en picado de las tablas de capturas disparan las alarmas al registrarse un mínimo histórico en el año 97.
En el declive de las poblaciones de salmón han influido muchos factores. Entre los de mayor peso podemos citar la contaminación de los ríos, la sobreexplotación hidroeléctrica, la reducción de la accesibilidad la especie a sus áreas de cría y la explotación pesquera, tanto en alta mar como en los ríos de origen. Hemos pasado de pescar 12.000 salmones en los años 20 del pasado siglo, a menos de 100 en la actualidad.



La puesta en marcha del Plan de recuperación de Ríos supuso una propuesta de conservación muy ambiciosa, con fuertes inversiones en ampliación de plantillas, modernización de equipamientos, compra de vehículos, contratación de biólogos especializados que desarrollaron el conocimiento sobre la especie y protocolos de trabajo, señalizaciones, arreglo de refugios, pasarelas, piscifactorías, escalas, capturaderos…, que pusieron en marcha la recuperación de la especie.
Hay que señalar los esfuerzos realizados por la Consellería en la permeabilización de obstáculos artificiales en muchos ríos salmoneros, incrementando el área de acceso a la especie. Muchos son los cauces en los que se construyeron escalas para peces y capturaderos: los ríos Eo, Masma,Ouro, Landro, Sor, Xubia, Mandeo, Tambre ,Ulla Umia,Lérez y Tea entre otros, se beneficiaron de estas actuaciones.
Pero la situación en muchas de nuestras cuencas es lamentable, ya que el fraccionamiento de los ríos por grandes presas y el incumplimiento de la normativa de suelta de caudales ecológicos, asunto que urge revisar, ha mermado muchas de las poblaciones, secando tramos de río que servían como zonas de freza y refugio de alevines, como en el caso de los ríos Eume, Mandeo o Verdugo, ríos que ya de por sí tienen un recorrido natural relativamente corto.



La falta de rejas de interdicción en algunas de nuestras centrales hidroeléctricas, a día de hoy sigue siendo una de las asignaturas pendientes de los organismos de cuenca.
La aplicación de la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea va a paso de tortuga en nuestra comunidad.

Otro de los trabajos puestos en marcha fue la remodelación de dos centros ictiogénicos para la repoblación y refuerzo nuestras poblaciones salmoneras: el de Carballedo en Pontevedra, y el del Veral en Lugo. Estos centros y las investigaciones asociadas a su actividad, han aportado muchos datos sobre la genética y ecología de la especie, como los retornos de peces repoblados, o los años de estancia en río y mar. Una valiosa información que ha ayudado a entender y conservar este pez tan delicado en sus hábitat.

No ha sido así en el centro de Sobrado dos Monxes, en A Coruña, que no fue adaptado a las necesidades de los ríos coruñeses, cultivando aún en la actualidad trucha centroeuropea que compite con la autóctona Gallega y compromete su conservación.

Tampoco parece que se haya formado un equipo de trabajo cualificado dedicado al salmón en la provincia, al contrario de lo ocurrido en Lugo y Pontevedra.



Mientras que siempre se fomentó la pesca del reo en detrimento de la del salmón, la mayor parte de los ríos potencialmente salmoneros tenían problemas con minicentrales o piscifactorías ―como los ríos Grande y Anllóns― y aún siguen a merced de los abusos en sus concesiones, sin que parezca existir interés alguno en abordar el problema.

Otro de los casos más significativos y alarmantes es el del río Castro donde una concesión de acuicultura ha creado una barrera infranqueable para las especies migradoras, a menos de un kilómetro de la desembocadura en el Océano Atlántico, donde se “ha imitado” una escala para aparentar una sujección a la legislación ambiental, hechos lamentables que han condenado a los peces migradores a buscarse otro cauce donde perpetuar su especie.





En la siguiente tabla se disponen las repoblaciones de peces entre los años 1995 y 2009 con salmón autóctono gallego, aunque anteriormente ya se habían realizado repoblaciones de las que no tenemos datos oficiales:

- En la provincia de Lugo se inician los trabajos en el año 1997, y desde ese año se han repoblado las cuatro cuencas de la provincia: Eo, Masma, Ouro y Landro, con un total de 1.338.882 peces. Al principio fue la cuenca del Eo la que más alevines recibió en sus aguas, pero a día de hoy las cuatro cuencas reciben similares cantidades de ellos, con una media de 34.722 peces por cuenca y año.
- La provincia de Pontevedra, donde se inician los trabajos en el año 1995, arroja unas cifras incluso más elevadas que las de Lugo, con un total de 2.133.946 alevines en el período, repartidos en las cuatro cuencas salmoneras: Miño, Ulla, Lérez y Verdugo. En esta provincia, las repoblaciones fueron mayores en las cuencas del Ulla y Lérez por ser las más importantes, y menores en el Verdugo y el Miño ―al ser éste compartido con Portugal, con normativas de pesca que son reguladas en ambas márgenes del río―. En el Verdugo se repobló aún menos, por ser un cauce de menor capacidad.
Con todo, en Pontevedra sale una media de 41,000 juveniles de salmón por río y año.
Analizando los datos de la provincia de A Coruña, podemos ver datos muy llamativos.
Sólo se han repoblado tres cuencas con juveniles de salmón:
― El Mandeo en dos ocasiones, en los años 2000 y 2004, con un total de 9,100 alevines.
― El Sor con 2.998 alevines en el año 2004.
― El Tambre con 5.573 alevines en el año 2004.
Sumando estas repoblaciones, nos sale un total de 17.671 juveniles de salmón en el período 1995-2009, una cifra similar al número total de pintos de otoño liberados en el río Masma en el último año.


Si hacemos los mismos cálculos que en Pontevedra y Lugo, y contando los 8 grandes ríos salmoneros de A Coruña: Sor, Mera, Xubia, Eume, Mandeo, Tambre, Anllóns y Grande, nos sale una media de 147 peces por río y año: cifra ridícula si tomamos como referencia que la estimación de retorno es de uno por cada mil en esta especie.
Siendo A Coruña la provincia que tiene más ríos salmoneros, se ha repoblado aquí en 15 años la mitad de lo que se repuebla en cualquier cuenca de Lugo o Pontevedra en un año.
Ríos como los Mera, Xubia, Eume, Anllóns y Grande, no han recibido ni un solo alevín desde el año 1995, conservando alguno de estos cauces poblaciones de salmón residuales y por tanto al borde de la total extinción.
Si en los ríos de Lugo y Pontevedra se ha logrado estabilizar poblaciones en alto riesgo de extinción, e incluso reintroducir la especie en varias cuencas donde había desaparecido, en la provincia de Coruña el salmón permanece condenado al más absoluto de los olvidos.

Los datos y la realidad del servicio provincial de pesca de A Coruña están ahí, a la vista de todo el mundo. Que cada uno los valore en su justa medida.